Mánuel y Batís Caffó
Me gusta hablar con Manuel de libros, me encanta que él me aconseje el último libro que se ha leído. Después yo lo leo y comentamos todo lo que hemos interpretado. Casi nunca coincidimos en nuestras opiniones pero ésta suele ser de las pocas conversaciones un poco inteligentes del día. Últimamente le doy mucho la tabarra para que hablemos. Como tiene mucho trabajo se siente un poco agobiado pero lo que no sabe es que lo hago porque tengo la sensación de que nos queda poco tiempo de compartir esos momentos y que mientras duren quiero aprovecharlos al máximo ya que luego sé que los echaré de menos.
La discusión de ayer iba sobre un libro que leímos los dos que se llama “La piel fría” . Como siempre no coincidíamos en nuestra opinión. Manuel lo interpreta como una metáfora de la vida de un hombre que desea escapar del mundo y para ello se aísla en si mismo. Para mi, es una buena explicación del libro pero hay algo al final, unas pocas frases que me hacen dudar de todo el resto de la lectura.
Al comentárselo a Manuel, él, ni siquiera se había percatado de esas frases. Supongo que ya tenía en la cabeza lo que pensaba del libro y no iba a cambiar por unas pocas frases al final. Es fascinante lo que la mente humana puede hacer con tal de darse la razón a si misma. Entiendo que una frase se interprete de maneras diferentes, eso lo he visto muchas veces. Ayer mismo otro Manuel peleaba con sus futuros suegros, como si se tratara de la toma de una colina en una batalla, por incluir o no la palabra “religiosa” en su invitación de boda. Pero hacer desaparecer frases se me hace más difícil de entender. No es por culpar a Manuel, ni por tener yo razón en la interpretación del libro. Lo que me ha interesado más es la idea de saber cuántas frases he obviado a lo largo de mi vida, cuántos nombres ¿Si las hubiese prestado atención habrían cambiado en algo mi conclusiones?
Madre mía Manuel, cuánto de mi vida he perdido, es como la sensación de haber tenido una buena cogorza y que te cuenten cosas que no recuerdas.
Y si nos ponemos a desvariar, imagínate si te pasa lo mismo con las personas. Hay personas que las conociste y no las recuerdas. Con las conversaciones, con hechos que hiciste pero no recuerdas.
Sólo se me ocurren dos cosas para solucionar esto. Una tener a alguien siempre a tu lado, contando con que no coincidan los periodos en los que se obvia. Y otra tatuarte todo el cuerpo como hacía el tipo de Memento.
Y lo dejo ya porque esta mañana se me va la cabeza…
La discusión de ayer iba sobre un libro que leímos los dos que se llama “La piel fría” . Como siempre no coincidíamos en nuestra opinión. Manuel lo interpreta como una metáfora de la vida de un hombre que desea escapar del mundo y para ello se aísla en si mismo. Para mi, es una buena explicación del libro pero hay algo al final, unas pocas frases que me hacen dudar de todo el resto de la lectura.
Al comentárselo a Manuel, él, ni siquiera se había percatado de esas frases. Supongo que ya tenía en la cabeza lo que pensaba del libro y no iba a cambiar por unas pocas frases al final. Es fascinante lo que la mente humana puede hacer con tal de darse la razón a si misma. Entiendo que una frase se interprete de maneras diferentes, eso lo he visto muchas veces. Ayer mismo otro Manuel peleaba con sus futuros suegros, como si se tratara de la toma de una colina en una batalla, por incluir o no la palabra “religiosa” en su invitación de boda. Pero hacer desaparecer frases se me hace más difícil de entender. No es por culpar a Manuel, ni por tener yo razón en la interpretación del libro. Lo que me ha interesado más es la idea de saber cuántas frases he obviado a lo largo de mi vida, cuántos nombres ¿Si las hubiese prestado atención habrían cambiado en algo mi conclusiones?
Madre mía Manuel, cuánto de mi vida he perdido, es como la sensación de haber tenido una buena cogorza y que te cuenten cosas que no recuerdas.
Y si nos ponemos a desvariar, imagínate si te pasa lo mismo con las personas. Hay personas que las conociste y no las recuerdas. Con las conversaciones, con hechos que hiciste pero no recuerdas.
Sólo se me ocurren dos cosas para solucionar esto. Una tener a alguien siempre a tu lado, contando con que no coincidan los periodos en los que se obvia. Y otra tatuarte todo el cuerpo como hacía el tipo de Memento.
Y lo dejo ya porque esta mañana se me va la cabeza…
3 Comments:
yo no entiendo mucho esto que escribiste y, desde entonces, ando dandole vueltas.
Creo que pierdes el tiempo, porque lo que ya has olvidado, olvidado está y perdió su importancia. Si no lo recuerdas, es por algo... tú decidiste que había cosas mejores para recordar. Puede que nos perdamos muchos momentos y personas bonitas, pero tengo la sensación al leerte, que te lamentas por ello... yo prefiero recordar los que sí que están en mi memoria y en mi vida. Los que ya me hacen feliz porque me hicieron feliz en su momento. Los recuerdos que sí que tengo y que sí son de verdad.las personas que todos los días me haceis sonreir. Los demás, los que no conozco, son sólo... cosas futuras o pasadas, pero que ahora mismo no están. Supongo que estarán en otro sitio, con otras personas que no tienen mis recuerdos porque han dado cabida a esos que yo no tengo. Qué lío Rodro, me voy a dormir.
La memoria tiene otro mecanismo que además de almacenar datos, imagenes, etc. olvida las que no son usadas o de gran "importancia" ya que la memoria no es tan ilimitada como pensamos, y la verdad es que estoy deacuerdo con Rodrigo pq es una pena no recordar todo lo vivido, igual seriamos mas ricos como personas, no crees?
Pensamos y pensamos...imaginamos e imaginamos...recordamos,olvidamos,memorizamos...pero somos tan distintos procesando,almacenando y recuperando información...Entiendo que valores lo que olvidas, yo también lo hago pero creo que de otra manera.
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