La tierra tiene fiebre
He oido a muchas personas dar razones que justifican no tener hijos pero ninguna me ha convencido totalmente. Hasta que encontré este artículo en internet y la verdad es que sí que da una razón convincente. Se te quitan las ganas de tener descendencia.
La superpoblación humana es un problema ecológico fundamental, que puede influir, o influye, directamente en los demás problemas ecológicos: al menos porque sabemos que todo ser vivo contamina, en menor o en mayor grado (y el ser humano es el organismo más contaminante), por lo que cuantos más seamos, más contaminación produciremos.
La clave para comprender el problema de la superpoblación no es la densidad de población (número de personas por unidad de superficie), sino el número de personas que viven en una determinada zona en relación con sus recursos y con la capacidad del medio ambiente para sostener las actividades humanas; esto es, la capacidad de carga de dicha zona. Según este modelo, la totalidad del planeta y prácticamente todas las naciones de la Tierra se hallan más que superpobladas y en el caso especial de casi todos los países ricos, lo son porque están agotando las reservas de recursos en todo el planeta.
El motivo fundamental de que nos resulte tan difícil percibir las conexiones entre la presión demográfica y otros aspectos de la problemática humana es la propia historia evolutiva del ser humano, En primer lugar, la evolución biológica nos ha convertido en "animales visuales". En segundo lugar, nuestra evolución biológica ha diseñado nuestros sistemas sensoriales para reaccionar al "acontecimiento"; por lo que nuestra evolución parece haber dotado también a nuestra mente de la percepción del entorno medioambiental como algo constante. Por lo tanto, tendrá que hacerlo a través de la evolución cultural.
Para calcular el impacto ambiental producido utilizamos la siguiente ecuación: El impacto (I) causado por un grupo humano en el medio ambiente constituye el resultado de tres factores. El primero es el número de personas (P). El segundo es la medida de los recursos que consume el individuo medio (R), lo que a su vez, representa el índice de riqueza). Por último, el índice de destrucción medioambiental causado por las tecnologías que nos suministran los productos de consumo. Por lo que finalmente tenemos: I=PRT.
Además, sabemos que cada vez cuesta más (en términos económicos y ecológicos) alimentar una población en continuo desarrollo; ya que cuantas más personas habiten en una zona, tanto más deberán esforzarse para evitar todo género de "polución" y una vez superado cierto nivel, cada habitante adicional generará un grado desproporcionadamente superior de contaminación ("ley de rendimientos decrecientes"). De manera que cuando se sobrepasa un cierto volumen demográfico, si la riqueza per capita de una población (R) se mantiene constante mientras crece la población, el impacto medioambiental por unidad de riqueza (derivado del factor tecnológico, T) aumentará inevitablemente: a mayor cantidad de personas, más recursos se necesitan, y las reservas más abundantes y cercanas se consumirán en primer lugar por lo que luego, será necesario ir más lejos.
Debemos actuar pronto porque, debido a que las poblaciones humanas suelen aumentar según un esquema "exponencial", una vez conseguido el Crecimiento Demográfico Cero (CDC) deberemos esperar a que pase el "impulso demográfico". Éste se define como la tendencia de una población a seguir creciendo mucho después de producirse un descenso en la tasa reproductora, debido a la juventud de las poblaciones que se expanden rápidamente. Suele durar entre 50 y 70 años en la mayoría de las poblaciones pobres, a partir del momento en el que se alcanza la reproducción de sustitución (algo más de dos hijos).
De este modo aunque el índice de natalidad descienda la población mundial seguirá aumentando a menos que la humanidad reaccione y ponga remedio de inmediato, será la naturaleza la que se encargue en nuestro lugar de acabar con la explosión demográfica -por medio de métodos poco agradables-. De manera que debemos reducir el número de habitantes de la Tierra hasta un nivel en el que los recursos puedan renovarse o al menos los sistemas vitales de la Tierra no se vean afectados permanentemente.
La superpoblación humana está creando innumerables consecuencias en los ecosistemas y en la salud pública. En el caso de las consecuencias en la salud de los ecosistemas no creo que haga falta explicarlo, por ello no voy a hablar de ello. Aunque creo que es necesario saber que en las naciones ricas, la superpoblación representa, evidentemente, una amenaza mucho mayor para la salud de los ecosistemas de la Tierra que el crecimiento demográfico de las naciones pobres.
En el caso de la influencia en la salud pública es más sutil y no tan fácilmente mensurable (ejemplo de ello son las conocidas secuelas de la polución del aire urbano y la contaminación de los alimentos y el agua). Pero, la consecuencia más importante es, a mi modo de ver, el aumento de infecciones provocadas por patógenos nuevos o antiguos pero con una patogeneidad nueva. Esto se ve influido también por el transporte aéreo moderno ya que una persona portadora de una enfermedad infecciosa puede alcanzar cualquier punto del mundo más o menos en un día, al hacinamiento de personas en condiciones higiénicas infrahumanas y a las alteraciones medioambientales que podrían incidir en el desarrollo de los virus. En un congreso extraordinario, los virólogos expresaron su preocupación ante la dificultad o imposibilidad de controlar las epidemias víricas debido a estos problemas. Para más información podéis ir a la asignatura de libre configuración "parasitosis importadas y emergentes".
Como alternativas para evitar el tener que enfrentarse a la superpoblación humana, se han utilizado diferentes técnicas más o menos acertadas a corto plazo pero todas a un alto precio a largo plazo. La experiencia de los países ricos y pobres demuestra que los esfuerzos para eliminar la contaminación se hallan abocados al fracaso, especialmente en ausencia de un control demográfico; lo que nadie propone es un esfuerzo encaminado a reducir el factor P en la lucha para proporcionar un aire limpio. Por lo que si nos ocupamos únicamente de los factores R y T, descuidando el factor P, jamás lograremos resolver el problema.
Una de las alternativas fueron las llamadas "revoluciones verdes", que contribuyeron a la obtención de cosechas más abundantes a lo largo de cuatro o cinco décadas, pero están perdiendo eficacia en las naciones desarrolladas y han resultado ser menos viables de lo que se esperaba en países pobres con ellos se consiguen importantes beneficios a corto plazo, pero a un precio demasiado elevado tierras agotadas, campos salinizados, acuíferos vacíos, etc… La biotecnología ha aumentado considerablemente la cantidad de alimentos que disponemos hoy en día; pero nada es gratuito. Es necesario estudiar las ventajas y realizar intensivas pruebas de campo. Así pues, la biotecnología, prescindiendo de su promesa a largo plazo, no contribuirá a mejorar la agricultura con la rapidez suficiente como para ayudar a la humanidad en las próximas décadas.
En cuanto al estado de los océanos, al que se creía capaz de alimentar a los millones de seres que padecen hambre con las infinitas riquezas que ofrece, no es muy halagüeña. Las infinitas riquezas marítimas han demostrado ser limitadas. Entre tanto, la contaminación del océano aumenta sin cesar reduciendo los máximos rendimientos viables de algunas reservas y envenenando a los peces.
A pesar de esto, mucha gente está convencida de que no existe un "problema demográfico"; sino solo una desigual distribución de los alimentos. Pero se trata de una seductora mentira, puesto que no hay duda de que si los pobres pudieran consumir los alimentos que sobran a los ricos estarían mejor alimentados; pero no quedarían suficientes alimentos como para dar de comer a una población en crecimiento.
Otro de los principales argumentos "económicos" a favor de que la población siga creciendo se basa en que, si no crecemos, nuestra población envejecerá, lo que ocasionaría graves problemas económicos y sociales. Una ventaja del cambio en la pirámide de edades de la población es que el grupo de edad que nos proporciona la mayor parte de delincuentes, entre 16 y 30 años, disminuirá proporcionalmente; por lo que su ahorro compensaría el coste de atender a las personas mayores. Aunque, personalmente, este punto no termina de convencerme del todo ya que por ejemplo, en las naciones pobres o en vías de desarrollo, los hijos son importante fuente de dinero a la familia y representan un seguro de jubilación; por tanto, haría falta también un cambio en la donación de ayudas económicas de los países desarrollados (a espera están de la condonación de la deuda externa y del 0´7% del PIB).
Antes de exponer las soluciones me gustaría quejarme de que la mayoría de las personas ignora que, al menos en las naciones ricas, el crecimiento económico constituye la enfermedad y no el remedio. Gran parte de lo que hoy se considera "producción" ocasiona graves daños ecológicos, ¿hasta qué punto puede crecer el sistema económico sin dañar irremisiblemente los sistemas ecológicos que lo sostienen? Suelo sentirme desconcertado al comprobar que hay industrias que parecen destruir deliberadamente su recurso base.
Finalmente, como creo que hemos entendido todos la necesidad de la existencia de un control demográfico que permita la reducción de la contaminación. Para ello debemos seguir los siguientes pasos:
Detener el crecimiento demográfico tan rápida y humanamente como sea posible, e iniciar un lento descenso de la población hacia un volumen que pueda sostenerse a largo plazo, permitiendo a todas las personas disfrutar de una vida digna y productiva.
Transformar el sistema económico, eliminando su afán de crecimiento, de manera racional, reduciendo el consumo per capita para así disminuir las presiones sobre los recursos y el medio ambiente.
Adoptar, en la medida de lo posible, tecnologías menos nocivas para el medio ambiente.
El primer paso consiste en convencer a los habitantes de los países ricos, y de los países pobres, de la necesidad de tener menos hijos; el segundo, ayudarles a conseguirlo. En la mayor parte de los países ricos cambiar la mentalidad sobre el número de hijos no supone una formidable confrontación. El promedio de las tasas de natalidad de dichos países es ligeramente superior a las tasas de mortalidad (15 y 9‰, respectivamente), y la mayoría de las poblaciones, como la de EE.UU., se encuentran por debajo de la reproducción de sustitución.
Detener el crecimiento demográfico en los países menos desarrollados va a ser mucho más duro que en las naciones industriales por varios motivos. El más importante es su composición por edades. Puesto que estas poblaciones poseen un gran número de jóvenes, para acabar rápidamente con el crecimiento el tamaño de la familia debe permanecer por debajo de la cifra de sustitución (prácticamente un único hijo) durante cierto periodo de tiempo. Además, debido a que los ecosistemas agrícolas se hallan sometidos a sobrecarga, una de las prioridades más urgentes es conceder créditos a los agricultores más necesitados y proporcionarles acceso a los mercados.
Para terminar, he querido recopilar algunas frases y mensajes útiles para este tema que espero que nos hagan reflexionar a todos, principalmente a los más reacios ante este tema:
La población de la Tierra en 1993 se cifra en más de 5500 millones de habitantes, y cada año aumenta en cerca de 95 millones.
Una superpoblación sin precedentes y un continuo crecimiento demográfico han contribuido de forma decisiva a la destrucción de los sistemas vitales de la Tierra.
La superpoblación constituye un destacado factor en problemas como el hambre en África, el calentamiento del globo, la lluvia ácida, la amenaza de la guerra nuclear, la crisis de los residuos y el riesgo de epidemias.
La superpoblación en los países ricos, desde el punto de vista de la habitabilidad de la Tierra, es una amenaza más seria que el rápido crecimiento demográfico de los países pobres.
El rápido crecimiento demográfico de las naciones pobres constituye uno de los motivos principales de que los pobres sigan siendo pobres, y la superpoblación de dichas naciones hará que aumente considerablemente su destructivo impacto en el Medio Ambiente, a medida que luchan por alcanzar su desarrollo.
No cabe duda de que la explosión demográfica terminará muy pronto. Lo que no sabemos es si el fin se producirá de forma benévola, por medio de un descenso en las tasas de natalidad, o trágicamente, a través de un aumento en las tasas de mortalidad.
Quienes se oponen a limitar el número de nacimientos están fomentando un mayor número de muertes prematuras.
La Tierra no puede sostener durante mucho tiempo a 5500 millones de habitantes, dadas las tecnologías y los patrones de conducta que se desarrollarán en el futuro. Para que la civilización logre sobrevivir, es necesario que se produzca un descenso demográfico por debajo de su volumen actual.
El control demográfico es el problema más grave al que se enfrenta la humanidad, dada la enorme diferencia de tiempo que transcurre entre el inicio de un programa adecuado y el comienzo del descenso de la población.
Un elevado número de personas conseguirá sobrevivir si se reduce la población a un tamaño racional y éste se mantiene durante millones de años. Tratar de comprobar cuántos seres humanos podemos vivir al mismo tiempo provocaría un colapso demográfico que reduciría la capacidad de carga de la Tierra y el número de personas que puedan vivir en ella en el futuro.
El problema de la población, los recursos y el Medio Ambiente fue creado por las acciones humanas, y puede resolverse por medio de acciones humanas. Sólo se requiere voluntad política y social. Anímese pensando que, en un determinado momento, la sociedad puede cambiar rápidamente de conducta y actitud.
Todos debemos pagar el diezmo a la sociedad con el fin de que este momento se produzca lo antes posible.
Según Lester Brown, presidente del Worldwacht Institute, los agricultores tienen que producir cada año alimentos para 95 millones más de personas, con 126 millones de toneladas menos de capa superficial de suelo. Por otra parte Brown ha calculado que la producción mundial de cereales aumentará en el futuro únicamente un 0,9% anual, perspectiva estremecedora si tenemos en cuenta que la población aumentará a un ritmo cercano al 2% anual.
En 1985, más de 40 dirigentes mundiales, en representación de más de la mitad de los habitantes de la Tierra, firmaron una "Declaración sobre la estabilización demográfica", que decía los siguiente:
La degradación del medio ambiente, la desigualdad económica y la posibilidad de un conflicto se deben al exceso de consumo y a la superpoblación. De continuar este crecimiento demográfico sin precedentes, las futuras generaciones no dispondrán de lo necesario en alimentación, vivienda, asistencia médica, educación, recursos terrestres y oportunidades de empleo.
En 1987, el informe de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, tituladob Nuestro futuro común afirmaba lo siguiente:
Las actuales tasas de crecimiento demográfico son insostenibles, pues comprometen la capacidad de muchos gobiernos para proporcionar educación, asistencia médica y alimentos a sus pueblos, y más aún su capacidad para elevar los niveles de vida. Esta diferencia entre el número de habitantes y los recursos resulta más alarmante por cuanto el crecimiento demográfico se concentra en países con ingresos reducidos, regiones ecológicamente deterioradas y familias sumidas en la pobreza.
Bibliografía:
"La explosión demográfica: El principal problema ecológico", Paul R. Ehrlich & Anne H. Ehrlich. Biblioteca científica Salvat, 1993.
La superpoblación humana es un problema ecológico fundamental, que puede influir, o influye, directamente en los demás problemas ecológicos: al menos porque sabemos que todo ser vivo contamina, en menor o en mayor grado (y el ser humano es el organismo más contaminante), por lo que cuantos más seamos, más contaminación produciremos.
La clave para comprender el problema de la superpoblación no es la densidad de población (número de personas por unidad de superficie), sino el número de personas que viven en una determinada zona en relación con sus recursos y con la capacidad del medio ambiente para sostener las actividades humanas; esto es, la capacidad de carga de dicha zona. Según este modelo, la totalidad del planeta y prácticamente todas las naciones de la Tierra se hallan más que superpobladas y en el caso especial de casi todos los países ricos, lo son porque están agotando las reservas de recursos en todo el planeta.
El motivo fundamental de que nos resulte tan difícil percibir las conexiones entre la presión demográfica y otros aspectos de la problemática humana es la propia historia evolutiva del ser humano, En primer lugar, la evolución biológica nos ha convertido en "animales visuales". En segundo lugar, nuestra evolución biológica ha diseñado nuestros sistemas sensoriales para reaccionar al "acontecimiento"; por lo que nuestra evolución parece haber dotado también a nuestra mente de la percepción del entorno medioambiental como algo constante. Por lo tanto, tendrá que hacerlo a través de la evolución cultural.
Para calcular el impacto ambiental producido utilizamos la siguiente ecuación: El impacto (I) causado por un grupo humano en el medio ambiente constituye el resultado de tres factores. El primero es el número de personas (P). El segundo es la medida de los recursos que consume el individuo medio (R), lo que a su vez, representa el índice de riqueza). Por último, el índice de destrucción medioambiental causado por las tecnologías que nos suministran los productos de consumo. Por lo que finalmente tenemos: I=PRT.
Además, sabemos que cada vez cuesta más (en términos económicos y ecológicos) alimentar una población en continuo desarrollo; ya que cuantas más personas habiten en una zona, tanto más deberán esforzarse para evitar todo género de "polución" y una vez superado cierto nivel, cada habitante adicional generará un grado desproporcionadamente superior de contaminación ("ley de rendimientos decrecientes"). De manera que cuando se sobrepasa un cierto volumen demográfico, si la riqueza per capita de una población (R) se mantiene constante mientras crece la población, el impacto medioambiental por unidad de riqueza (derivado del factor tecnológico, T) aumentará inevitablemente: a mayor cantidad de personas, más recursos se necesitan, y las reservas más abundantes y cercanas se consumirán en primer lugar por lo que luego, será necesario ir más lejos.
Debemos actuar pronto porque, debido a que las poblaciones humanas suelen aumentar según un esquema "exponencial", una vez conseguido el Crecimiento Demográfico Cero (CDC) deberemos esperar a que pase el "impulso demográfico". Éste se define como la tendencia de una población a seguir creciendo mucho después de producirse un descenso en la tasa reproductora, debido a la juventud de las poblaciones que se expanden rápidamente. Suele durar entre 50 y 70 años en la mayoría de las poblaciones pobres, a partir del momento en el que se alcanza la reproducción de sustitución (algo más de dos hijos).
De este modo aunque el índice de natalidad descienda la población mundial seguirá aumentando a menos que la humanidad reaccione y ponga remedio de inmediato, será la naturaleza la que se encargue en nuestro lugar de acabar con la explosión demográfica -por medio de métodos poco agradables-. De manera que debemos reducir el número de habitantes de la Tierra hasta un nivel en el que los recursos puedan renovarse o al menos los sistemas vitales de la Tierra no se vean afectados permanentemente.
La superpoblación humana está creando innumerables consecuencias en los ecosistemas y en la salud pública. En el caso de las consecuencias en la salud de los ecosistemas no creo que haga falta explicarlo, por ello no voy a hablar de ello. Aunque creo que es necesario saber que en las naciones ricas, la superpoblación representa, evidentemente, una amenaza mucho mayor para la salud de los ecosistemas de la Tierra que el crecimiento demográfico de las naciones pobres.
En el caso de la influencia en la salud pública es más sutil y no tan fácilmente mensurable (ejemplo de ello son las conocidas secuelas de la polución del aire urbano y la contaminación de los alimentos y el agua). Pero, la consecuencia más importante es, a mi modo de ver, el aumento de infecciones provocadas por patógenos nuevos o antiguos pero con una patogeneidad nueva. Esto se ve influido también por el transporte aéreo moderno ya que una persona portadora de una enfermedad infecciosa puede alcanzar cualquier punto del mundo más o menos en un día, al hacinamiento de personas en condiciones higiénicas infrahumanas y a las alteraciones medioambientales que podrían incidir en el desarrollo de los virus. En un congreso extraordinario, los virólogos expresaron su preocupación ante la dificultad o imposibilidad de controlar las epidemias víricas debido a estos problemas. Para más información podéis ir a la asignatura de libre configuración "parasitosis importadas y emergentes".
Como alternativas para evitar el tener que enfrentarse a la superpoblación humana, se han utilizado diferentes técnicas más o menos acertadas a corto plazo pero todas a un alto precio a largo plazo. La experiencia de los países ricos y pobres demuestra que los esfuerzos para eliminar la contaminación se hallan abocados al fracaso, especialmente en ausencia de un control demográfico; lo que nadie propone es un esfuerzo encaminado a reducir el factor P en la lucha para proporcionar un aire limpio. Por lo que si nos ocupamos únicamente de los factores R y T, descuidando el factor P, jamás lograremos resolver el problema.
Una de las alternativas fueron las llamadas "revoluciones verdes", que contribuyeron a la obtención de cosechas más abundantes a lo largo de cuatro o cinco décadas, pero están perdiendo eficacia en las naciones desarrolladas y han resultado ser menos viables de lo que se esperaba en países pobres con ellos se consiguen importantes beneficios a corto plazo, pero a un precio demasiado elevado tierras agotadas, campos salinizados, acuíferos vacíos, etc… La biotecnología ha aumentado considerablemente la cantidad de alimentos que disponemos hoy en día; pero nada es gratuito. Es necesario estudiar las ventajas y realizar intensivas pruebas de campo. Así pues, la biotecnología, prescindiendo de su promesa a largo plazo, no contribuirá a mejorar la agricultura con la rapidez suficiente como para ayudar a la humanidad en las próximas décadas.
En cuanto al estado de los océanos, al que se creía capaz de alimentar a los millones de seres que padecen hambre con las infinitas riquezas que ofrece, no es muy halagüeña. Las infinitas riquezas marítimas han demostrado ser limitadas. Entre tanto, la contaminación del océano aumenta sin cesar reduciendo los máximos rendimientos viables de algunas reservas y envenenando a los peces.
A pesar de esto, mucha gente está convencida de que no existe un "problema demográfico"; sino solo una desigual distribución de los alimentos. Pero se trata de una seductora mentira, puesto que no hay duda de que si los pobres pudieran consumir los alimentos que sobran a los ricos estarían mejor alimentados; pero no quedarían suficientes alimentos como para dar de comer a una población en crecimiento.
Otro de los principales argumentos "económicos" a favor de que la población siga creciendo se basa en que, si no crecemos, nuestra población envejecerá, lo que ocasionaría graves problemas económicos y sociales. Una ventaja del cambio en la pirámide de edades de la población es que el grupo de edad que nos proporciona la mayor parte de delincuentes, entre 16 y 30 años, disminuirá proporcionalmente; por lo que su ahorro compensaría el coste de atender a las personas mayores. Aunque, personalmente, este punto no termina de convencerme del todo ya que por ejemplo, en las naciones pobres o en vías de desarrollo, los hijos son importante fuente de dinero a la familia y representan un seguro de jubilación; por tanto, haría falta también un cambio en la donación de ayudas económicas de los países desarrollados (a espera están de la condonación de la deuda externa y del 0´7% del PIB).
Antes de exponer las soluciones me gustaría quejarme de que la mayoría de las personas ignora que, al menos en las naciones ricas, el crecimiento económico constituye la enfermedad y no el remedio. Gran parte de lo que hoy se considera "producción" ocasiona graves daños ecológicos, ¿hasta qué punto puede crecer el sistema económico sin dañar irremisiblemente los sistemas ecológicos que lo sostienen? Suelo sentirme desconcertado al comprobar que hay industrias que parecen destruir deliberadamente su recurso base.
Finalmente, como creo que hemos entendido todos la necesidad de la existencia de un control demográfico que permita la reducción de la contaminación. Para ello debemos seguir los siguientes pasos:
Detener el crecimiento demográfico tan rápida y humanamente como sea posible, e iniciar un lento descenso de la población hacia un volumen que pueda sostenerse a largo plazo, permitiendo a todas las personas disfrutar de una vida digna y productiva.
Transformar el sistema económico, eliminando su afán de crecimiento, de manera racional, reduciendo el consumo per capita para así disminuir las presiones sobre los recursos y el medio ambiente.
Adoptar, en la medida de lo posible, tecnologías menos nocivas para el medio ambiente.
El primer paso consiste en convencer a los habitantes de los países ricos, y de los países pobres, de la necesidad de tener menos hijos; el segundo, ayudarles a conseguirlo. En la mayor parte de los países ricos cambiar la mentalidad sobre el número de hijos no supone una formidable confrontación. El promedio de las tasas de natalidad de dichos países es ligeramente superior a las tasas de mortalidad (15 y 9‰, respectivamente), y la mayoría de las poblaciones, como la de EE.UU., se encuentran por debajo de la reproducción de sustitución.
Detener el crecimiento demográfico en los países menos desarrollados va a ser mucho más duro que en las naciones industriales por varios motivos. El más importante es su composición por edades. Puesto que estas poblaciones poseen un gran número de jóvenes, para acabar rápidamente con el crecimiento el tamaño de la familia debe permanecer por debajo de la cifra de sustitución (prácticamente un único hijo) durante cierto periodo de tiempo. Además, debido a que los ecosistemas agrícolas se hallan sometidos a sobrecarga, una de las prioridades más urgentes es conceder créditos a los agricultores más necesitados y proporcionarles acceso a los mercados.
Para terminar, he querido recopilar algunas frases y mensajes útiles para este tema que espero que nos hagan reflexionar a todos, principalmente a los más reacios ante este tema:
La población de la Tierra en 1993 se cifra en más de 5500 millones de habitantes, y cada año aumenta en cerca de 95 millones.
Una superpoblación sin precedentes y un continuo crecimiento demográfico han contribuido de forma decisiva a la destrucción de los sistemas vitales de la Tierra.
La superpoblación constituye un destacado factor en problemas como el hambre en África, el calentamiento del globo, la lluvia ácida, la amenaza de la guerra nuclear, la crisis de los residuos y el riesgo de epidemias.
La superpoblación en los países ricos, desde el punto de vista de la habitabilidad de la Tierra, es una amenaza más seria que el rápido crecimiento demográfico de los países pobres.
El rápido crecimiento demográfico de las naciones pobres constituye uno de los motivos principales de que los pobres sigan siendo pobres, y la superpoblación de dichas naciones hará que aumente considerablemente su destructivo impacto en el Medio Ambiente, a medida que luchan por alcanzar su desarrollo.
No cabe duda de que la explosión demográfica terminará muy pronto. Lo que no sabemos es si el fin se producirá de forma benévola, por medio de un descenso en las tasas de natalidad, o trágicamente, a través de un aumento en las tasas de mortalidad.
Quienes se oponen a limitar el número de nacimientos están fomentando un mayor número de muertes prematuras.
La Tierra no puede sostener durante mucho tiempo a 5500 millones de habitantes, dadas las tecnologías y los patrones de conducta que se desarrollarán en el futuro. Para que la civilización logre sobrevivir, es necesario que se produzca un descenso demográfico por debajo de su volumen actual.
El control demográfico es el problema más grave al que se enfrenta la humanidad, dada la enorme diferencia de tiempo que transcurre entre el inicio de un programa adecuado y el comienzo del descenso de la población.
Un elevado número de personas conseguirá sobrevivir si se reduce la población a un tamaño racional y éste se mantiene durante millones de años. Tratar de comprobar cuántos seres humanos podemos vivir al mismo tiempo provocaría un colapso demográfico que reduciría la capacidad de carga de la Tierra y el número de personas que puedan vivir en ella en el futuro.
El problema de la población, los recursos y el Medio Ambiente fue creado por las acciones humanas, y puede resolverse por medio de acciones humanas. Sólo se requiere voluntad política y social. Anímese pensando que, en un determinado momento, la sociedad puede cambiar rápidamente de conducta y actitud.
Todos debemos pagar el diezmo a la sociedad con el fin de que este momento se produzca lo antes posible.
Según Lester Brown, presidente del Worldwacht Institute, los agricultores tienen que producir cada año alimentos para 95 millones más de personas, con 126 millones de toneladas menos de capa superficial de suelo. Por otra parte Brown ha calculado que la producción mundial de cereales aumentará en el futuro únicamente un 0,9% anual, perspectiva estremecedora si tenemos en cuenta que la población aumentará a un ritmo cercano al 2% anual.
En 1985, más de 40 dirigentes mundiales, en representación de más de la mitad de los habitantes de la Tierra, firmaron una "Declaración sobre la estabilización demográfica", que decía los siguiente:
La degradación del medio ambiente, la desigualdad económica y la posibilidad de un conflicto se deben al exceso de consumo y a la superpoblación. De continuar este crecimiento demográfico sin precedentes, las futuras generaciones no dispondrán de lo necesario en alimentación, vivienda, asistencia médica, educación, recursos terrestres y oportunidades de empleo.
En 1987, el informe de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, tituladob Nuestro futuro común afirmaba lo siguiente:
Las actuales tasas de crecimiento demográfico son insostenibles, pues comprometen la capacidad de muchos gobiernos para proporcionar educación, asistencia médica y alimentos a sus pueblos, y más aún su capacidad para elevar los niveles de vida. Esta diferencia entre el número de habitantes y los recursos resulta más alarmante por cuanto el crecimiento demográfico se concentra en países con ingresos reducidos, regiones ecológicamente deterioradas y familias sumidas en la pobreza.
Bibliografía:
"La explosión demográfica: El principal problema ecológico", Paul R. Ehrlich & Anne H. Ehrlich. Biblioteca científica Salvat, 1993.
3 Comments:
Me parece una razón muy válida, al igual que otras razones que tenemos otras personas. ¿Esta es la única que realmente te convence? ¿Cuales son las formas de controlar este crecimiento? ¿Qué dice la Iglesia?
Desde luego es un documento escalofriante pero dada la naturaleza humana, tan egoista e igualmente orientada hacia la reproducción que hacia la destrucción, no creo que sirva de nada. A pesar de ser datos objetivos que nos muestran que nos dirigimos hacia el desastre sin remedio, el ser humano no puede renegar de sus instintos.
En cualquier caso, si yo quisiera ser madre, ese documento no me quitaría la idea a pesar de reconocer su valided.
Un tema este muy complicado, Rodrigo...
Eso eso no tengas hijos, tu sabras lo que te pierdes!!!!! que malo es el ser humano.
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