Los ladridos de tu boca

A veces te veo hablarme y solo oigo ladridos pero no de los que ladran los perros, de otros mas agudos capazaces de agarrar el martillo, destrozar al caracol y quedarse colgados de la puntita del timpano. Vamos que no te entiendo y me molestas, y no por que no quiera si no porque no puedo.
R.S

No se que es lo que hago

Que te he dicho que no me pongo más la corbata,
ni la camisa, ni la chaqueta de indiferencia y compromiso.
A mi déjame en la tierra o en su defecto asfalto,
pero que el aire roce mi piel, que silbe entre mis dedos,
aunque sea el que sale de las alcantarillas,
pero al fin y al cabo es aire.

R.S